24 / Jul / 2020

¿Kanye 2020?

Kanye West siempre ha querido ser presidente. La primera vez que lo dijo el público recibió su declaración con risas y él reclamó la reacción. A pesar de su supuesta seriedad, había un aire de incredulidad alrededor de la idea en general, por mas que lo haya mencionado en ocasiones posteriores. El fin de semana pasado, nos mostró que iba en serio. También nos comprobó por qué necesitamos dejar de permitir estos caprichos llegar tan lejos. No es casualidad que en el mismo país en el que Donald Trump es líder, una celebridad como Kanye haya logrado llegar tan lejos con su capricho.


A cautionary tale


El domingo 19 de julio, en un strip mall de Charleston en Carolina del Sur, se reunieron cientos de votantes para ver el primer rally presidencial para Kanye 2020. Dudo que alguien de la audiencia estuviese lista o listo para presenciar su rant, el cual rápidamente pasó de ser cómico por reflejar la actitud que uno esperaría de West, a ser ofensivo. Entre otras cosas, el rapero mencionó que Harriet Tubman no liberó a los esclavos y atacó verbalmente a una mujer en la audiencia. La cosa es que no hizo nada que nos sorprendiera realmente, su actitud es la misma que ha tenido desde el 2009.  


How did we get here?


Digo que su comportamiento no es sorpresa porque hace 11 años, durante una entrega inolvidable e histórica de los MTV Video Music Awards, le arrebató el micrófono a Taylor Swift, interrumpiendo su discurso de aceptación, para asegurar que Beyoncé había tenido el mejor video del año y era ella quien merecía ganar. Aunque hay razones para que Kanye estuviera molesto con la industria, no era manera de externar su frustración. Su popularidad bajó y su carrera se vio en peligro. En ese momento se autoexilió a Hawaii para hacer My Beautiful Dark Twisted Fantasy y así volver a la gracia del ojo público. Efectivamente, la calidad de su música fue suficiente para que siguiera con su carrera intacta. Sus actitudes seguían siendo consideradas algo inevitable que había que soportar a cambio de su talento. 


Una persona verdaderamente enfocada en su arte, después de haber salido tan bien librado de esa, se dedicaría a su música y dejaría ir el resto del drama. Pero West demostró no ser esa persona cuando estrenó el video musical de Famous y reavivó el pleito con Taylor Swift.


Aunque es verdad que nos dio uno de los dramas públicos más notorios (e icónicos )  en los últimos años, no deja de quedar la duda de ¿Para qué? ¿Para qué elegir esa visión en su video si hay tantas otras cosas que podría haber hecho? En cualquier caso, ese beef inauguró una segunda ronda de actitudes alarmantes marca West. El más notorio sin duda fue cuando el cantante tuvo un meltdown a medio concierto, que terminó en su ingreso por un par de días a un hospital psiquiátrico. Los proyectos de Wyoming querían ser su nuevo My Beautiful Dark Twisted Fantasy. Y más o menos lo lograron. 


Ese último empujón de aprobación ciega fue lo que le faltaba para tomarse en serio eso de ser presidente. Su evento del domingo, además de estar fuera de lugar en el contexto de una pandemia global, estaba destinado a fallar desde antes de empezar. Realmente no se puede esperar demasiado de alguien cuya primera declaración es I don’t give a f*ck if I win the presidency or not”. 


El problema con la falta de preparación es que lleva a las personas a decir cosas tontas. Esas personas  a veces tienen una plataforma muy grande y por lo tanto mucha atención. Ese es el caso de Kanye. Durante su rally, su desconexión de la realidad lo llevó a hacer declaraciones racistas y ofensivas. ¿Ya ven cómo sí hace falta tener un plan? 


No queda claro si lo que sigue es agradecer. Muchos de los comentarios que hizo el domingo (y que ha hecho a lo largo de su carrera) son dañinos porque normalizan conductas violentas y/o discursos erróneos.  Como sociedad nos ha costado mucho trabajo establecer las consecuencias aceptables y pertinentes para las celebridades cuando utilizan su plataforma para favorecer ideas sin haberse informado antes, o cuando sus propias conductas y acciones son violentas. Sin embargo, hay que reconocer que cada vez que le pedimos a una persona famosa que dé su opinión en temas que van fuera de su área de expertise, y después utilizamos lo que sea que dijo para sostener nuestras propias posturas personales, estamos alentando ese comportamiento. 


Está bien pedir opiniones, pero en un mundo de posverdades cada vez es más importante saber diferenciar entre una opinión y un hecho, y de quién obtenemos cada uno. La mejor parte de ser el público es que nos toca decidir qué es relevante y quién es relevante. En las palabras de una de las celebridades más importantes de la historia: “al César lo que es del César”. 


Vivimos en una época en la que la cultura de la celebridad ha alcanzado su máximo. Hoy más que nunca, tenemos a nuestro alcance alguna opinión sobre cómo vivir mejor nuestras vidas, sacarle más provecho a nuestros talentos, alcanzar estatus y popularidad. Incluso, encontramos opiniones acerca de temas sociales y políticos. En la era de influencers y celebridades globales, es importante que nos detengamos a cuestionar hacia dónde estamos llevando a la sociedad como un todo; cuáles son los valores que estamos admirando como sociedad y si estamos dispuestos a aceptar las posibles consecuencias. 


Los adultos grandes siempre dicen que antes todo era mejor porque la vida privada de uno era, precisamente, privada. Haber crecido con el internet sí nos ha cambiado. Ahora la web es nuestro diario privado, y los contenidos de un diario son información. Todo aquello que nos interesa y que replicamos de algún modo en internet habla del valor que le asignamos a ese tema. Los medios digitales (y los análogos cada vez más) ya toman trending topics o hashtags como titulares. Las campañas de activismo son posts en Instagram. La diferenciación ya no es entre el mundo real y el ficticio, sino entre el mundo digital y físico. Los dos coexisten y conviven, igualmente consecuentes y tangibles.


Ojalá que Kanye de verdad se dedique a la música y cierre su cuenta de twitter de la manera más pronta. En cualquier caso, hace mucho rato le di unfollow


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